Sylvain, barquero del Courant d'Huchet

Navegando por la Amazonia landesa
Batelier du Courant d'Huchet au départ du Lac de Léon | Côte Landes NaturePortrait d'un Batelier du Courant d'Huchet, qui adore faire découvrir l'Amazonie Landaise durant la saison des sorties en galupe
©Batelier du Courant d'Huchet au départ du Lac de Léon|Sophie Pawlak
Sylvain Pagès, barquero del Courant d'Huchet

Sylvain es uno de los barqueros del Courant d’Huchet en Léon. En su famosa «galupe», surca esta joya de Côte Landes Nature, dando a conocer todos sus secretos.

27 kilometres de plages en Côte Landes NatureCôte Landes Nature, c'est 5 plages surveillées donnant sur l'océan atlantique
110 años de historia y técnica tradicional
En plena naturaleza landesa
Paseo comentadode abril a octubre

Otra manera de descubrir las Landas, entre marismas, bosques y dunas

«¡Qué placer volver cada temporada a este pequeño rincón del paraíso! Navegar con calma siguiendo la corriente es una pasión de la que no puedo prescindir.»

Cada barquero posee su propia «galupe», una pequeña embarcación típica de los antiguos pescadores del lago. Se trata de una barca puntiaguda de fondo plano, que permite pasar por todas partes. Se dirige con remo por el lago y con vara por el río. Nuestros pasajeros se encuentran en medio de un paisaje exótico en las Landas, que se asemeja al bayou de Luisiana o al dosel arbóreo de la selva amazónica.

Las Landas, reservas naturales

Ante la vista se despliega una flora excepcional: cañaverales, hibiscos, helechos, helechos reales, arums… Se pueden producir encuentros inesperados con garzas reales, martines pescadores, patos, libélulas, coipos, nutrias, corzos y hasta jabalíes…

Un día, mientras paseaba con un grupo de turistas, íbamos remontando la corriente en medio de un banco de peces, cuando de pronto uno de ellos empezó a agitarse en la superficie del agua y fue a parar a la barca de pura casualidad, sobre el regazo de un turista. Este estaba tan contento con su pesca milagrosa que quiso inmortalizar el momento con una foto, pero por desgracia nunca llegó a tomarla por la sencilla razón de que el pez saltarín volvió a zambullirse en el río de un enérgico aletazo.

Cerrar