Están, por supuesto, las más conocidas: «las Ferias de Dax», «La Madeleine» en Mont-de-Marsan… pero ¿sabías que cada pueblo celebra sus ferias siguiendo los mismos códigos y rituales (o casi) que sus hermanas mayores?
Lo que llama la atención al profano o al foráneo es esta homogeneidad en los programas festivos y sus códigos de vestimenta.
Ya sea «rojo y blanco» o «azul y blanco», se acostumbra cumplir por lo menos con esta indumentaria.
Fácil de entender, están los que saben y los van a aprender rápido, para no ser objeto de «cachondeo».
De cualquier modo, en todas partes se puede encontrar el atuendo del perfecto «festayre» (fiestero).